MAS HISTORIAS

Tuesday, October 23, 2012

Experiencia propia, y para los demás



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Los políticos tienen cierto parecido con los enamorados enfermizos comunes, que siempre quieren conseguir a toda costa. Los primeros se enamoran del poder; mientras que los segundos, de  mujeres que les parecen atractivas.  
En su afán de lograr sus propósitos ambos, ofrecen “villas y castillas”, como  se dice popularmente, aunque no sepan de dónde van a sacar después los recursos económicos necesarios para poder honrar los compromisos asumidos. 
Luego, cuando llega el momento de tener que cumplir con lo prometido, comienzan los “rompecabezas”, por su iliquidez monetaria; para no quedar mal, y evitar que se les tilde de farsantes.
Hay algunos que tal consideración les resbala, no les importa mucho. Pero, a otros no; la gran preocupación les asalta, y procuran hacer hasta lo imposible para conservar la validez de su palabra empeñada.
Posiblemente, esa encrucijada la debe estar enfrentando ahora el actual primer mandatario de la República, que en afán de llegar al poder, se puso a estar haciendo ofrecimientos, sin saber de antemano de dónde iba a conseguir los recursos económicos para poder corresponderlos. 
Es por dichos motivos que, los colaboradores que están formulando y tratando de consensuar en estos momentos la gravosa reforma fiscal en curso alegan que, para poder otorgar el 4% del PIB al sector de la educación, según la promesa electoral, esa propuesta tributaria tiene que ser aceptada conforme por la población, y aprobada por el Congreso Nacional. 
Eso quiere decir que, “lo que te ofrecí darte pueblo, ahora resulta que, te lo voy a sacar a ti mismo de las costillas”. ¡Que bien!
Eso, por mencionar solamente un ofrecimiento, que estaría por verse, dada la situación económica actual del país. Pero, hay otros más que tampoco tendrían soporte financiero para hacerlo, sin la tan cacareada reforma fiscal.
Si las actuales autoridades, incluyendo al señor presidente de la República, no sabían con el “rollo” deficitario que se iban a encontrar, al recibir las riendas del poder, ¿por qué estar haciendo promesas en firme de esa naturaleza durante la recién pasada campaña electoral? 
Ahora, habría que disgustar al pueblo para poder cumplir. Se tendría que discriminar entonces, en cuanto a lo que menos malo y riesgoso resultaría.
 Tremenda disyuntiva, ya que por cualquiera de los dos lados que se vaya el presidente y su equipo - no 4% para la educación, sin reforma, y viceversa -, el costo político será bastante alto, y hasta posiblemente muy peligroso, para la estabilidad social durante su gestión de gobierno.
Mensaje: ¡algunos ofrecimientos de campaña electoral, tienen que ser muy bien ponderados antes de hacerlos




victor suarez
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El Diario de Santo Domingo | Santo Domingo, Distrito Nacional, República Dominicana | 2010