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Nadie
sebaña dos veces en un mismo río y nadie preside dos gobiernos iguales
en dosépocas diferentes. En el primer gobierno de Leonel Fernández, por
ejemplo, envez de despilfarro hubo cierta austeridad en el manejo de los
fondos públicos, apesar de sus tempranos desvelos por emular a su nuevo
guía espiritual que se habíapasado veintidós años en el poder creyendo
que el “progreso” del país descansabaen su política de “varilla y
cemento” que prohijó 300 nuevos multimillonarios.
Una de las angustias de los balagueristas que
llevaron a Leonel Fernández al poder era precisamentesu “comesolismo”,
mote que provino del litoral reformista y estaba muy acordecon la
práctica ingrata de la polilla palaciega que repartía los cargospúblicos
y las canastas sólo entre sus seguidores más cercanos. Juan Bosch
aúnestaba vivo y su existencia era un freno para la cúpula del PLD que
se quedócon todas las ganas por derrochar y enriquecerse con los dineros
del pueblodominicano.
Después de cuatro largos y angustiosos años en la
oposición, volvieron al poder, ahora catapultados por elestallido de
los fraudes bancarios que ellos habían protegido desde 1997. Lasnuevas
realidades económicas y financieras, acarreadas por los cracs
bancarios,aconsejaron cierto comedimiento inicial en la conducción de la
res pública. Losdiscursos del nuevo inquilino de la mansión
presidencial anunciando austeridad nose hicieron esperar. En su nueva
juramentación dijo que había que “apretarselos cinturones” y el 12 de
septiembre de 2005 anunció un conjunto de medidaspara reducir los gastos
y ahorrar energías y combustibles. Asimismo, firmó unprimer acuerdo
Stand-by con el FondoMonetario Internacional, un organismo que siempre
sugiere recetas nadasagradables para los gobiernos derrochadores.
Las disposiciones presidenciales fueron acatadas
pero no ejecutadas y al año siguiente el Presidente sometió al Congreso
Nacional un proyecto de ley para la reducción de sueldos entre los altos
funcionarios y la prohibición de comprasde vehículos, entre otros
propósitos. El proyecto de ley fue aprobado y promulgado (Ley No.
497-06) el 28 de diciembre de 2006 y estaría vigentedurante el año
calendario 2007. De manera que durante todo ese año los dominicanos
esperábamos, por fin, una rígida austeridad y control en el gasto
público, pero se acercaban nuevas elecciones y el Presidente Fernández,
quetenía todo el camino despejado para reelegirse, empezó a violar su
propia ley deausteridad, creando nuevos cargos y nombrando a miles de
“botellas” en laadministración pública y en los consulados extranjeros.
Dicen los economistas más creíbles que en la
campaña electoral por la reelección, elgobernante utilizó miles de
millones de pesos para comprar su continuidad en elcargo. En noviembre
de 2009 volvió a someterse a un segundo acuerdo con el FMIy desde
entonces, cada revisión del acuerdo en un engaño, una estafa, porquedos
instituciones del gobierno, el Banco Central y el Ministerio de
Hacienda, llevan una doble contabilidad sobre un mismo aspecto de las
finanzas públicas yeso molesta a los misioneros del organismo gendarme.
En las elecciones de medio término de 2010, el
Presidente Fernández se propuso hacerun fraude electoral en el nivel
congresual y logró su objetivo. Debido a esefraude vivimos un período
donde el partido más grande del país, el queencabezará la boleta en las
próximas elecciones, no tiene un solo Senador. Esenuevo fraude significó
también un nuevo “desguañangue” de las finanzaspúblicas.
Pero el mandatario parece haber aprendido la
sentencia del filósofo Lidio Cadet, queuna ocasión anterior, cuando su
partido fue derrotado, se quejó amargamente deque “el mal comío no
piensa”, en una obvia y franca alusión despectiva a los“hijos de
machepa” que habían decidido castigar con su voto al
“comesolismo”gobernante. Apurado por los repetidos engaños a los
misioneros del FMI, el Presidente anunció el 17 de marzo de 2011, en
otro discurso para los idiotas,que su gobierno reduciría el gasto
público en un 12 por ciento del PIB, con el cual buscaba engañar al
gendarme y procurarse un nuevo desembolso en millonesde dólares.
Los discursos del Presidente Leonel Fernández
anunciando austeridad han sido oratoriaspara entretener y estafar a la
gente. Por eso la República Dominicana es ahora lalíder mundial en la
mala calidad de la educación, en criminalidad, en corrupción y
despilfarro de los fondos públicos.
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