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Sunday, January 1, 2012

Leonel Fernández, austeridad y despilfarro


 

 







   9:15 AM -
Nadie sebaña dos veces en un mismo río y nadie preside dos gobiernos iguales en dosépocas diferentes. En el primer gobierno de Leonel Fernández, por ejemplo, envez de despilfarro hubo cierta austeridad en el manejo de los fondos públicos, apesar de sus tempranos desvelos por emular a su nuevo guía espiritual que se habíapasado veintidós años en el poder creyendo que el “progreso” del país descansabaen su política de “varilla y cemento” que prohijó 300 nuevos multimillonarios.
Una de las angustias de los balagueristas que llevaron a Leonel Fernández al poder era precisamentesu “comesolismo”, mote que provino del litoral reformista y estaba muy acordecon la práctica ingrata de la polilla palaciega que repartía los cargospúblicos y las canastas sólo entre sus seguidores más cercanos. Juan Bosch aúnestaba vivo y su existencia era un freno para la cúpula del PLD que se quedócon todas las ganas por derrochar y enriquecerse con los dineros del pueblodominicano.
Después de cuatro largos y angustiosos años en la oposición,  volvieron al poder, ahora catapultados por elestallido de los fraudes bancarios que ellos habían protegido desde 1997. Lasnuevas realidades económicas y financieras, acarreadas por los cracs bancarios,aconsejaron cierto comedimiento inicial en la conducción de la res pública. Losdiscursos del nuevo inquilino de la mansión presidencial anunciando austeridad nose hicieron esperar. En su nueva juramentación dijo que había que “apretarselos cinturones” y el 12 de septiembre de 2005 anunció un conjunto de medidaspara reducir los gastos y ahorrar energías y combustibles. Asimismo, firmó unprimer acuerdo Stand-by con el FondoMonetario Internacional, un organismo que siempre sugiere recetas nadasagradables para los gobiernos derrochadores.
Las disposiciones presidenciales fueron acatadas pero no ejecutadas y al año siguiente el Presidente sometió al Congreso Nacional un proyecto de ley para la reducción de sueldos entre los altos funcionarios y la prohibición de comprasde vehículos, entre otros propósitos. El proyecto de ley fue aprobado y promulgado (Ley No. 497-06) el 28 de diciembre de 2006 y estaría vigentedurante el año calendario 2007. De manera que durante todo ese año los dominicanos esperábamos, por fin, una rígida austeridad y control en el gasto público, pero se acercaban nuevas elecciones y el Presidente Fernández, quetenía todo el camino despejado para reelegirse, empezó a violar su propia ley deausteridad, creando nuevos cargos y nombrando a miles de “botellas” en laadministración pública y en los consulados extranjeros.
Dicen los economistas más creíbles que en la campaña electoral por la reelección, elgobernante utilizó miles de millones de pesos para comprar su continuidad en elcargo. En noviembre de 2009 volvió a someterse a un segundo acuerdo con el FMIy desde entonces, cada revisión del acuerdo en un engaño, una estafa, porquedos instituciones del gobierno, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda, llevan una doble contabilidad sobre un mismo aspecto de las finanzas públicas yeso molesta a los misioneros del organismo gendarme.
En las elecciones de medio término de 2010, el Presidente Fernández se propuso hacerun fraude electoral en el nivel congresual y logró su objetivo. Debido a esefraude vivimos un período donde el partido más grande del país, el queencabezará la boleta en las próximas elecciones, no tiene un solo Senador. Esenuevo fraude significó también un nuevo “desguañangue” de las finanzaspúblicas.
Pero el mandatario parece haber aprendido la sentencia del filósofo Lidio Cadet, queuna ocasión anterior, cuando su partido fue derrotado, se quejó amargamente deque “el mal comío no piensa”, en una obvia y franca alusión despectiva a los“hijos de machepa” que habían decidido castigar con su voto al “comesolismo”gobernante. Apurado por los repetidos engaños a los misioneros del FMI, el Presidente anunció el 17 de marzo de 2011, en otro discurso para los idiotas,que su gobierno reduciría el gasto público en un 12 por ciento del PIB, con el cual buscaba engañar al gendarme y procurarse un nuevo desembolso en millonesde dólares.
Los discursos del Presidente Leonel Fernández anunciando austeridad han sido oratoriaspara entretener y estafar a la gente. Por eso la República Dominicana es ahora lalíder mundial en la mala calidad de la educación, en criminalidad, en corrupción y despilfarro de los fondos públicos.
victor suarez
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El Diario de Santo Domingo | Santo Domingo, Distrito Nacional, República Dominicana | 2010