MAS HISTORIAS

Monday, June 27, 2011

La peor manipulación política


*EL AUTOR es periodista. Reside en Nueva York


sólo quieren las bases para usarlas y pisotearlas, no realmente para consultarlas y mucho menos para escucharlas y seguir su voluntad
 
Las  bases no son más que instrumentos  cíclicos para  legitimar  las grandes  decisiones de los partidos.   La despiertan cada cuatro  de un  largo sueño.  Como ganado  vacuno, las  llevan a  ejercer  el   voto  para  escoger candidatos, pura  y simplemente, sin  opinar nada sobre  plataformas de gobierno,  si es que  las tienen. 
Es la historia de todas las fuerzas políticas convertidas en maquinarias de  poder. Las bases  son  para  usarlas,  pisarlas y seguir corriendo, como  en  cualquier torneo  de beisbol.

El arte de manipular las bases  es lo primero que aprende a dominar un lider diestro, avezado y mañoso.  El político zorro sabe retorcer la voluntad de los votantes y llevarlos a las urnas con los ojos vendados.
Les  someten  a su consideración  un listado de nombres, nada  más.  Nunca  pueden  opinar sobre la futura  gestión de su líder, decidir libremente lo que desean  desde  el  poder,  el  programa  de gobierno.
Que es lo ideal.  Gobernar  con  la linea programática aprobada  por  el  partido, por sus bases, no  por el capricho del hoy candidato  y mañana Presidente. 
Para que luego, desde el  poder,  no  surjan  las  grandes  sorpresas  o  decepciones, como  está  pasando  ahora  mismo  con el  Metro  de  Santo  Domingo.
Las bases del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) nunca fueron consultadas sobre  esta  obra gigantezca.  Quizás  responsable  de  que  se  haya multiplicado la pobreza extrema  en  el  país,  producto  de una  política pública equivocada, clientelista,  deslumbrante  a  los ojos de los más humildes.  
La razón de  que  el  gobierno  del  presidente  Leonel  Fernández   incumpliera  los Objetivos del  Milenio, decretados  por  las  Naciones  Unidas (ONU), como  fue  reducir la pobreza  extrema  a  la  mitad  en  el  2016.  Como lo alcanzaron  otros  países de América  Latina: Venezuela  y  Brasil.
Jamás  podía  considerarse  como  una  prioridad nacional  edificar dos  lineas  del  metro  que   han costado  miles de millones de dólares  y que no han resuelto  la crisis del  transporte  del  país,  pero  sí  enriquecieron más algunos pocos, y dejaron más  sumidos en  la pobreza  extrema a 1.5 millones de dominicanos. 
Un  país sin energía  eléctrica resuelta, sin  suficientes acueductos, sin agua potable limpia  para  evitar el desastre nacional  del cólera que ha provocado miles de víctimas.
Pero  ya tenemos  dos  Lineas de metro construídas  a  toda  prisa y a destiempo, sacrificando la salud  y la educación de los excluídos.  Es muy probable que si las bases del  PLD  hubiesen  sido  consultadas previamente, los miles de millones que significaba construir esa  obra monstruosa,  que incrementó  la deuda  externa   en  más de US$20 mil millones de dólares,  jamás  la hubiesen  aprobado. 
Muy probablemente  la mayoría  de los dirigentes medios y altos del PLD conocieron  los planes de esa obra  através  de la prensa.  Nadie los consultó porque aquello fue un plan político secreto, concebido y diseñado  en  la sombra,  para  tomar el país de sorpresa.
Un verdadero asalto a mano armada.   Una manipulación  grosera  de la voluntad  popular. 
Si  hoy el gobierno incumple la ley que establece el  4% para la educación, eso  es  debido al Metro. Y si hoy  tenemos  un paquetazo fiscal  que socavará  mucho  más los bolsillos de los  más débiles  y  un presupuesto  deficitario  que obliga  a renegociar acuerdos con el  Fondo Monetario Internacional  (FMI) todo eso  es  debido  a esa  obra  desproporcionada y descomunal.
Es una concebida  más que todo  para deslumbrar a los votantes  como un instrumento  político destinado al afianzamiento  de  la reelección  y perpetuar en el Estado una maquinaria de poder.  
Si  eso  fue  con  el  Metro  de Santo  Domingo, que provocó los desequilibrios  actuales en la economía, nadie podía esperar que con la politica neoliberal  del Estado,   la política macroeconómica  global de la administración completa, podía ocurrir algo distinto.
El neoliberalismo  como  filosofía y política pública   esencia  y norte del gobierno,  que promueve las riquezas  arriba, sin importar los sufrimientos de  la clase media  ni de  los sectores  más  empobrecidos  abajo,  solamente lo podía imponer el cerebro maestro  del  liderazgo  peledeísta  gobernante: el  presidente  Leonel  Fernández.  Trazando estrategias desde el  poder, sin  consultar las bases.
Como  puede verse, desde arriba, se impone a los gobernados,  políticas públicas que van en contra de sus  propios intereses  y de toda la Nación. Son políticas que solo sirven para viabilizar objetivos  tácticos y  estratégicos personales de los gobernantes de turno.
Por suerte, la presión pública derrotó  la reelección  y  a sus  desatinados impulsores.
En una democracia bien concebida, el poder de las bases  es  enorme. Ahí  comienza  a delinearse  la forma, tamaño y estructura de cualquier  gobierno. 
Claro  en  una  sociedad realmente democrática.  No en la sociedad neotrujillista que impone políticas públicas a la mala,  una dictadura disfrazada de democracia   donde la maquinaria del  partido –los jefes grandes--  lo  manipulan todo,  y  hacen  creer que fue  la más legítima voluntad popular.  
Uno de los puntos más importantes de las primarias de los partidos debería  ser no solamente elegir  candidatos, sino  delinear  programas de gobierno.  
Establecer  prioridades y obligar así al candidato presidencial  a seguir lineas fundamentales, prioridades nacionales insoslayables, si  gana el poder.  Son decisiones  plebiscitarias  que valen más que una candidatura. 
Pero quienes manipulan nuestra democracia, desde los partidos de gobierno y desde la oposición,   sólo quieren las bases para usarlas y pisotearlas, no  realmente para consultarlas  y mucho menos para  escucharlas y seguir  su voluntad. 

victor suarez
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

El Diario de Santo Domingo | Santo Domingo, Distrito Nacional, República Dominicana | 2010