“Cuenta hasta nueve”
ÁNGELA PEÑA
Para aplacar la ira y evitar tragedias, siempre se ha aconsejado contar hasta diez. Así, el provocado dispone de un tiempo prudente para calmarse y no ser víctima de un enojo que podría ser fatal.
Ahora, sin embargo, un mensaje de una escuela de la espiritualidad recomienda contar hasta nueve porque “permite mantener vuestra armonía y gobernar vuestras energías de acuerdo al ritmo del tres por tres, el poder del nueve”, explica.
En el e-mail se adjunta un decreto que se llama así mismo: “Decreto cuenta hasta nueve” que, al repetirlo, según estas enseñanzas, ayuda “a controlar las emociones desbordadas y los vórtices de energía negativa que surgen de vez en cuando”. Es, agrega, como una válvula de seguridad.
Algunos movimientos y religiones tienen plena fe en la eficacia de la palabra hablada y aseguran con frecuencia el inmenso poder de los decretos. Lo que se afirma como bueno resulta tan positivo como nefasto es lo que se maldice o profiere negativamente. Por eso, al introducir esta oración, se expresa: “Dila en voz alta y con fervor y sabe que tu Ser Superior está en control absoluto de tus energías, de tu reunión y de tu vida”.
“Si en la tierra habéis observado a los que son muy soberbios y se han elevado a posiciones de liderazgo, sabéis que una vez que hayan hecho una afirmación, la mayoría de las veces no se retractan, incluso ni reconocen que está equivocada, porque prefieren conservar su prestigio antes que admitir su equivocación. Esto lo veis en todas partes en los gobiernos de las naciones. Pero si los líderes tuvieran el “Decreto Cuenta hasta Nueve” y lo usaran, no tendrían que proteger su prestigio, porque estarían en guardia de pronunciar palabras ociosas”, expresa.
Tranquilízate y cuenta hasta nueve, agrega. Todos, señala, “tenemos que enfrentarnos con circunstancias que prueban nuestra paciencia y armonía y nos tientan para enojarnos. “La mejor cura para el enojo”, dijo Séneca, “es posponerlo”. Por ejemplo, si estás en una reunión y te das cuenta de que tú o alguien más está comenzando a salirse de sus casillas, propón un descanso de 15 minutos”.
Sugiere tomar un vaso de agua para tranquilizar, salir a disfrutar un poco de aire fresco y respirar profundamente.
Y concluye: “Decide que nada ni nadie que se encuentre en la reunión te sacará de tu centro de armonía. Afirma tres veces en voz alta con amor y determinación: “No seré sacado de la armonía y el amor que viven dentro de mi corazón”. Habiendo decidido esto conscientemente, pon el problema en las manos de Dios”.